Energía Solar privatizada en España

 

El aumento de edificios con placas solares privadas junto a nuevos sistemas de ahorro de energía, como el de conectar un generador de hidrógeno por electrolisis a una placa solar, que produce combustible gratuito en forma de hidrógeno, ha hecho que el gobierno español tome cartas en el asunto para que no se les acabe el “chollo”.

La solución es imponer un elevado impuesto adicional a quien produce su propia energía con una amenaza de hasta 30 millones de euros de multa. No parece muy lógico que se cobre por energía generada y consumida en un mismo edificio.

Esto es como si nos cobraran por los productos que recogemos de nuestro pequeño huerto plantado en el balcón de casa, quien sabe, puede que sea lo próximo.


Colocar paneles fotovoltaicos o minieólicos debería ser algo que se tiene que fomentar y no lo contrario, a parte del ahorro de energía hay que tener en cuenta la parte ecológica.


En España el sol tiene dueño, así que si quieres coger un poco ten en cuenta que el castigo es mayor que si estuvieses traficando con droga. Quien hace las leyes decide lo que es justo.

Mientras en el resto de Europa se intenta evolucionar, en este país “democrático” cada vez se impone más la mafia dictatorial del bipartidismo del PPSOE.






Con estas medidas, la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), asegura que “Se impide el ahorro a los consumidores y se paraliza la entrada de nueva competencia en el mercado eléctrico”.

El nuevo texto de RD de renovables empeora las condiciones para los inversores, desoyendo a la Comisión Europea y a todos los organismos reguladores.

Envía, con la ayuda de la UNEF, una carta a tus diputados del Congresos y a los senadores pidiéndoles que respeten tu legítima inversión pinchando AQUÍ.




Constantes subidas en el precio del recibo de luz

Curioso que cada vez se hable más de los trucos para ahorrar en energía en el hogar español para ayudar a las familias y en cambio, incluso adoptando esas medidas cada vez se paga más por las facturas de servicios esenciales. ¿Cuánto pagaríamos sin intentar ahorrar?